Tuesday, December 13, 2005

EDAK # 1

ÉDAK # 1
(1993)



MENSAJE CIRCULAR
MENSAJE CIRCULAR es la rueda del alma que atraviesa las tinieblas de la soledad para llevar el beso de las Édak al interior de todas las miradas humanas... Somos mujeres y hombres... Somos.

ORIGEN / MITO / Y / PRESENTE / ÉDAK

En los confines de las finas canteras del mármol más albo eran formadas y criadas las futuras columnas que sostendrían la herencia escrita sobre dulces frisos. Una a una, las columnas iban adquiriendo forma de poesía, de mujer, de Cariátides. Su misión era clara y debían servirla siempre, a ojos cerrados. Un día, una de ellas fue puesta en el último templo de los reyes y su corazón latía por conocer lo que su cuerpo sostendría. Pero era, quizá, la única en cuyo pecho un corazón latía. Por eso mismo, comenzó a sentir el viento rozando su cuerpo y el canto de los pájaros y de los grillos y de las ballenas... Comenzó a sentir frío y ternura. Sus ojos se desplazaban dentro de sus párpados, pero aún no sabía cómo despegarlos. Su emoción crecía y las imágenes venían como mariposas al alma que sentía.
Por varias noches escuchó a los grillos interpretar piezas melódicas y se preguntaba el por qué de sus repentinos interludios. Una noche sintió el canto de un grillo en sus atavíos y se regocijó de alegría, como sordo con las manos en el riel de un tren. Percibió su afinación y quiso saber por qué ellos hacían esa pausa, y casi como influida por un relámpago, abrió sus ojos por primera vez para ver ese espectáculo... y ahí estaba un hermoso y radiante ser. Su belleza era excelsa, su gracia inimaginable, era sin duda una de ellas... Una de las famosas y mitológicas Édak que cumplía con su misión en éste grillo maestro. Ella era una de las hadas que integraba la danza de las Édak, mujeres luminosas que cumplían con todos los detalles inimaginados por el hombre, que incluían desde: cambiar las cuerdas a los grillos en sus conciertos hasta pintar el cielo en cada atardecer. La Cariátides no lo podía creer. Tenía a una de ellas... una Édak en sus piernas cambiándole las cuerdas a este grillo que soñaba. Su felicidad fue tal que rompió sus ataduras del pedestal y del friso y saltó sonriendo, desde lo clásico a lo nuevo, de lo estático al movimiento. La Édak le sonrió y la miró sabiendo que ella quería conocer su misterio:
- "Tú estás llamada a esto" -, le dijo a la Cariátides.
- "Por eso he abierto los ojos"-, le respondió sonriendo. - "Quiero ser una de ustedes y tener la felicidad de crear lo impensado por los hombres y lo soñado por los unicornios locos por no ser encontrados"-
El grillo prosiguió su canto en el huerto y la Édak y la Cariátides viajaron dentro de los bosques invernales hasta que llegaron a Evantra, hogar de la danza de las Édak, en el punto equidistante del sol y de la luna. Había muchas Édak danzando y la que en ese momento dirigía el ritual, la invitó al fuego del atardecer nuevo. La Cariátides apenas respiraba mientras la danza continuaba. De pronto, una Édak le habló:
- Las Édak tienen un libro sagrado, y un capítulo de él fue robado por los hombres, que tratan de conocer todo, incluso lo que no han imaginado. Tú tendrás que recobrar esas páginas y ese día, la danza será aún más amplia contigo como nuestra nueva hada.
Desde ese día la Cariátides dejó de ser Cariátides y puso todo su empeño en llegar a ser parte de esa danza, sabiendo que era justamente eso lo que la hacía diferente, lo que la convertía en una Édak... dueña del silencio.
Así salen hoy estas páginas, páginas amplias del capítulo perdido del libro sagrado de la danza de las Édak, nueva y verdadera casa para nuestra Cariátides sepultada... (liberada).

Felipe Barral Momberg



EL ARRIVO Y LA REUNIÓN

EL ARRIVO Y LA REUNIÓN introduce cada mes a poetas emergentes que van entrelazando su vida con la humedad de las sendas tendidas por la luna en las pupilas de los seres. Es, pues, la Édak embarazada...


CHICA

El peligro que se corre
cuando lanzas todos los cuchillos,
a la vez, y a tu madre,
es que hundía te escupan a la cara;
y lo peor es que será
cuando te estés mirando al espejo.


MICKY

En el fondo, es situarse más allá del horizonte, donde moran los reyes de blanco.
En el fondo, es mirar más allá de las nubes que circundan el cielo y las flores.
En el fondo, es cantarle a la vida, sin esperar nada a cambio.
En el fondo, es sentir esa quilla que dirige la verdad a ese campo.
En el fondo, es sentir nuestros pechos sin cortar ese sueño del lecho.
En el fondo, es situar entre seis las letras que componen el verso.


RODTHERIC METCAFF


Cuántas veces soñé con llegar a tu lado, y en el marco del atardecer poder admirar la ilusión de la inocencia y la fuerza de la pureza.
Ha llegado mi turno, y por sólo un instante me detengo a viajar por tu mirada: eres majestuosa, mas sencilla y delicada.
Eres cálida como la luz que ilumina al poeta en su trasnochar por la soledad, y fría como el óleo del pintor, que entremezclando sus lágrimas con el color, anhela el amor de un recuerdo, aferrándose a las imágenes que le brindan en armonía paletas y pinceles.
Te vistieron con la sensualidad de la luz para bailar con elegancia a los pies de tu creador. A los compases del silencio me concedes sólo una pieza, ya que breve es mi idilio a tu lado... Debo seguir camino. Sin embargo, tú me observas como si fuera el elegido, y entre sonrisas y lágrimas de impotencia y templanza, sueñas con alcanzar a quienes has recibido en el portal de la eternidad.


MAGDALENA DEVILAT LOUSTALOT

Porque eres;
simplemente por ser tú,
y vivir desde siempre, permaneciendo en el mundo
y fuera de él.
En un silencio que me grita,
y que despierta mi consciencia hacia ti.
Porque me haces vibrar ante tu llamado,
porque no me resisto a tu presencia,
porque a cada segundo algo me recuerda y me liga a ti,
te doy gracias.
Por envolverme en tu cariño,
porque me haces feliz,
porque eso es lo que quieres y deseas para mí
espero, siempre, encontrarte a ti.
Y aunque a veces tiembla el suelo a mis pies,
y las cosas no resultan como deberían ser,
no te olvido, Dios mío, ni te olvidaré.


DESNUDO CERO

DESNUDO CERO evoca las hojas de los árboles de Evantra que dan fruto, cada día, a los poetas estables de Édak. Aquí está la savia, el zumo de hidromiel y la tierra del muérdago venidero.

ANALYA


Utilizar las palabras para contarme
Parafrasear mis sentimientos
Citarme a mí misma.
Ser arrogante en extremo:
NADA SIRVE
Prefiero llamar letras nuevas
Y conjugar otras melodías:
no más cielo - sol y azul:
MOLUSCO
nunca más caer en la trampa verde:
HIPOCAMPO
Jamás repetir el nombre de la tierra:
RAÍCES EN COMBATE CONTRA EL SUELO.



GIOCONDA SECCHI ROSSINI

Tengo la imagen redonda
de dos sillas sentadas en el río,
parece que jugaban a la ronda
creyendo que nadie las veía.
Me pareció ver que lloraban
sí, era la imagen redonda
de una turbulenta despedida;
y yo, espectadora de su incógnita discusión
lloré, lloré en silencio;
viendo como esas dos sillas sentadas
mojándose comenzaban
una y otra
a evaporar su agua,
secándose hasta casi quemarse
y yéndose
sin siquiera abrazarse.



ANDREA PICHARA


Restaban dos ocasos en tus pupilas
para alcanzar a absorber tus argumentos
quería suplicarte...
Acerca de mí no hablé
el color púrpura de tu vestido me cristalizaba.
No supe contemplarte
me bastaban las elegías
me bastaban tus bostezos y alegorías.
Visitaré las pantallas que te reflejan
las observaré paralizado
te miraré
y cual activo abogado abrogaré tus leyes
cual ermitaño interno de tu alma
presentaré mi carta de renuncia a tus sentidos
presentaré mis descuidos
mis imperfecciones
mis limitaciones
a tus perpendiculares sistemas,
y así tú me rechazarás
y yo reclamaré más de ti
y tú te mudarás del hogar de mis pensamientos...
Y desaparecerás de mi lado.




FELIPE BARRAL MOMBERG

NIMBOS
(Extracto)

Esto fue lo que ella vio: el violeta color comenzó a descender desde las paredes hasta su cama, que sólo por esta vez, estaba en el techo, a un extremo de la lámpara. Luego, la música de un oboe empezó a delinear su hermoso e in tranquilo cuerpo, mientras en un extremo del suelo, una araña entraba a un laberinto construido por otra araña. De pronto, las cortinas tendieron su velo sobre el cuerpo de la araña y además, tendieron el vidrio sobre el delicado instrumento de viento. Las pequeñitas luces que salían del terciopelo del viejo cuaderno en el escritorio le contaron a ella, las incontables emociones que las perlas sentían en su cuello, cuando de improviso, cada una de ellas rompió sus paredes de huevo dejando salir hermosas arañas violetas... Hijas del velo que sujetaba la represa del cielo violeta.






Nunca he querido vivir mi vida
como la vivieron mis padres...
¿Habrá dicho lo mismo
el hijo de Dios...?





¿Cuántos pájaros
podrán morir cantando...?



LENGUA VIVA

LENGUA VIVA se cubre con una selección de cuentos llegados a Evantra de la mano y pluma de sus autores, seducidos por el canto de las ninfas nocturnas del alma.

MEDRANO JULIAN

CORINA
Locura, no puedo decir otra cosa frente a tal espectáculo ni calificarlo de otra manera más que de locura. Todo debía estar como lo acordamos con Raúl, pero el muy desgraciado me dejó con la anciana que a cada momento me confundía:
- Corinita, por favor, límpiame la nariz. Corinita, pásame la crema para mis manos. Fíjate, hijita, que con el frío se me secan...
- No me llamo Corina, señora. Mi nombre es...
- Ya pues, Corinita, pásame lo que te pido. Acaso eres sorda.
- ¡Te voy a matar, Raúl! - Espera a que regreses y ya verás, me repetía para mis adentros mientras le pasaba a la anciana todo lo que quería.
Como a las dos horas apareció una joven con un delantal azul. En su mano derecha venía trayendo una carpeta y su mano izquierda la escondía dentro de uno de los bolsillos. Nos saludó muy respetuosamente. Tomo la muñeca de la anciana y le verificó la presión; luego deslizó suavemente el estetoscopio, que lo tenía enrollado en su cuello y, coquetamente, se puso a escuchar los latidos de mi corazón. Extrañada le pregunté por qué después de haberle tomado el pulso a la viejita me escuchaba el corazón. Levantó los ojos con tanta ternura que se me estremeció el cuerpo. Se reincorporó y empezó a hablar sola mientras se alejaba por el pasillo... por el que momentos atrás vino. Miré a mi alrededor y quise salir corriendo. Las cosas no estaban saliendo como lo habíamos planeado con Raúl. ¿Por qué se retrasaba tanto? Hace más de tres horas que debía estar de vuelta. Decidí caminar un poco y dejar a la anciana sin su Corina. Los cuatro corredores eran largos, interminables. La muralla blanca de cada uno de ellos palidecía con el jardín lleno de sol al que encajonaban.
De vez en cuando me detenían personas que nunca antes había visto; me hacían morisquetas, se reían de mí, de mi rostro, de mi ropa... Empezaron a perseguirme, grité por ayuda pero nadie, al parecer, me oía. De pronto, vi de nuevo a la mujer del delantal azul. Tenía la mirada perdida, hipnotizada por un arcoiris que se había formado en la vegetación. Me acerqué cuidadosamente. Su pelo recogido en su nuca dejaba ver un cuello blanco y delgado como supuse sería su cuerpo entero. El color de ese delantal hacía juego con el color de sus ojos. Sus brazos estaban apoyados en el barandado y su cuerpo estaba reclinado hacia adelante. La sonrisa enigmática de su cara de pronto se convirtió en un grito desgarrador. Se jaló el pelo con las dos manos y una negra cabellera cayó sobre sus hombros y le cubrió el rostro por completo. En mi huida tropecé con unas sillas de ruedas. Una puerta se abrió de golpe y creí ver pasar a Raúl. Le grité que me ayudara, pero no me hizo caso. Nadie hacía caso a nadie. Corrí hacia la puerta, pero no pude abrirla. Del otro lado habían muchas personas que se veían entre ellos, pero no se miraban mutuamente; al lado de ellas unos sujetos serenos les hablaban o escuchaban. Me apoyé de espaldas a la puerta. La angustia se apoderó de mí. Desorientada empecé a repasar el plan mentalmente. Raúl dijo que entraríamos sólo un momento, que tenía que hablar con alguien y luego pasaría a recogerme y nos iríamos a casa.
Sí, eso me dijo. No puede ser otra cosa o habré escuchado mal. No. No creo, dijo que volvería; me lo prometió. Sí, me lo prometió... Pero qué pasa, adonde me llevan. No, yo no soy igual que ellos. Pregúntenle a Raúl, vendrá a buscarme, no tarda en venir... No, no me digan Corina, por favor, yo no me llamo Corina...


FEÉDBACK

FEÉDBACK es la manera directa de entrelazar nuestras miradas utilizando como soporte el papel, la mano y la pluma que interpreta las letras. Siéntanse libres de escribir en estas hojas sus comentarios, poemas, cuentos, ideas, plegarias, fábulas, sueños, deseos, verdades y mentiras que quieran compartir.
Creemos el vínculo...
Cerremos el círculo en las tibias brisas de Evantra...
Cada uno de ustedes lleva una Édak en su alma...

Escríbenos: revistaedak@gmail.com

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